7.03.2006

An interview with Pascual Condito


Acabo de escribir dos páginas acerca de una conversación que tuve con unos amigos en la que se habló sobre las expectativas en cuanto al futuro profesional/vocacional de c/u. Eso fué hace como dos meses: la charla debe haber pasado desapercibida para varios de los allí presentes pero no para mí. Es más, me resultó francamente decepcionante y angustiante y, como me gusta hacerme el misterioso, no pienso decir porqué.
Ahora bien, en realidad no pensaba escribir demasiado sobre aquello. Simplemente, se iba a tratar de una muy libre introducción a la siguiente entrevista que le hice el año pasado a Pascual Condito en un trabajo para la facultad (a pesar de que el ignorante de mi profesor me lo descartó en primera instancia como entrevistado, eligiéndome a otro potencialmente más “relevante”; no tuve más que mandarlo de viaje para que me lo eligiera a Pascual) y que sí tenía muchas pero muchas ganas de subir. Pero me terminé yendo al carajo, como me suele pasar…
Al fin de cuentas, la entrevista es mucho más interesante. Para el que no lo conoce, Pascual es el distribuidor de cine de calidad más emblemático de Argentina. Un personaje increíble del que se hace imposible separar su trabajo de su vida. El titular de Primer Plano me recibió en su oficina (más cinéfila imposible: repleta de posters antológicos y fotos cholulas muy envidiables) y, luego de media hora, me fuí con mi grabador y unos cuantos dvds y posters de regalo. Pero, principalmente, debo decir que salí de ahí emocionado y eufórico. Bueno, no hablo más. Ahí va.

-¿Cómo surge tu interés por el cine?
Desde muy chico, desde los 6 o 7 años, descubrí el cine y ahí me volví un poco loco. Yo era un pequeño delincuente, robaba, hacía cualquier cosa para ir al cine hasta que, a los 11 años, mi papá ya no me soportaba más y me llevó en una bici, como en Cinema paradiso, hasta un colegio de curas que se llamaba “Don Bosco”, y ahí estuve internado hasta los 20 años. Como no me gustaba la carpintería ni nada, sólo el cine, me encargaron ir a buscar películas a la distribuidora. Ahí empecé a buscar fotos de cine, empecé a laburar en Fate y pasé a hacer controles de la gente en los cines.
-¿Y cómo comenzaste en la distribución de películas?
A los 28 años, dejé la fábrica. Ya con un poco de plata en el bolsillo, viajé a Italia (mi país natal) por primera vez, y compré mi primera película. Yo alquilaba películas a las distribuidoras, les pagaba una plata fija, repartía volantes en los colegios para que los chicos presentando un cupón pagaran la entrada más barata e iba a porcentaje con el cine. Para la trasnoche compraba películas de terror y de música. Así puse mi primera distribuidora en el 79 que se llamó "Italsur" (en homenaje a Italia del sur) y empecé a viajar por el mundo comprando películas…

- ¿Siempre te especializaste en cine de arte?
No. También infantiles, de karate, y hasta eróticas. En ésa época, para que nos autorizaran los afiches, teníamos que pintarles los corpiños para que no se vieran las tetas. Un amigo me convenció que empezara, me fui a Alemania y compré Las colegialas se confiesan por dos mil dólares. Pero en esa época estaba prohibida y ante el director del INCAA me tuve que poner a llorarle diciéndole que iba a cerrar la oficina. La pude estrenar recién en el ´83 (cuando abrió la censura), y metí más de 500.000 espectadores…
En un momento quebré…empecé a comprar propiedades y propiedades y me volví loco. Cerré la distribuidora "Lucian Films" (en homenaje a mi hija Luciana) y empecé a vender películas para video y televisión. Recién a partir del año ´96, luego de haber quebrado, me propuse vender películas de arte. Traje las mejores hasta que en 2001 volví a tener problemas, perdí un millón y medio de dólares y me quería ir del país.

- ¿Y cómo resurgiste?
Por una suerte de instinto... Tenía algunas películas argentinas, empecé a venderlas por el mundo y así fuí pagando deudas (ésta oficina se hipoteco dos veces, pero, la última vez, por suerte, no). En ése momento pensé que con el cine argentino no iba a encontrar un espacio pero hoy, cada vez que vendo una película a China o Turquía o Nueva Zelanda, siento como que estoy conquistando el mundo. . Lo digo de corazón, me siento un ciudadano del mundo... Me invitan a Grecia, el sueño del mundo (sic) y todo gracias al cine argentino.


-¿Que criterios usas para comprar una película?
Me gustan las películas que retratan sentimientos, que cuentan historias. Yo sé que el cine italiano no me deja plata pero es un cine que amo y creo necesario para el mercado y para la gente. También películas como Los Muertos o H.I.J.O.S. …No me dejan plata pero creo que, como distribuidor, le tengo que hacer un servicio a la sociedad… Me gustan las películas que te cambian. Por ejemplo, Sostiene Pereira. Esta me demostró que a los 50 años se puede salir adelante con pasión, teniendo ideales. Yo pude resurgir a los 54 años después de quebrar y sigo sufriendo cuando largo una película y me dan una mala crítica. Pero el día que me dé todo lo mismo no sigo. Yo quiero que dentro de 15 años pueda decir que hice la vida que quise.

-¿Cómo fue tu incursión en la actuación?
Siempre actué pero no soy bueno. Para mí, ir al set de filmación implica apagar el celular y desconectarme de todo. Más allá de que no me paguen me gusta mucho la pantalla. Incluso el año pasado, cuando me nominaron (en los Premios Cóndor, como actor revelación por su actuación en El Perro), sentí la sensación frustrante de no ganar. Lo hago como una terapia pero si alguien me asegurara que puedo vivir de la actuación entonces cierro la oficina y me dedico a eso.

-¿Cómo surgió la idea de hacer una película sobre tu vida?
Surgió porque hace 10 diez años, cuando me separé, me pregunté: “¿Qué mierda hice de mi vida?”, y recopilé todo. Quiero mostrar que con pasión se puede salir adelante. Es una historia de obsesión y pasión.

-¿En qué etapa se encuentra la película?
El guión ya está listo. Se va a hacer en el 2007 en una coproducción con España y probablemente estén en el elenco Gastón Pauls, Ricardo Darín, Cecilia Roth, Eduardo Blanco y Claudia Cardinale. Me llena de orgullo el hecho de que todos los que han leído el guión me han dicho, emocionados, que querían estar, más allá de que hubiera o no plata. Es un tipo de cine que acá ya no se hace, tiene mucho del cine italiano de los ´60.


-¿Qué significa el cine para vos?
Para mi el cine es emocionarse, reír, viajar y tener algún dinero en el bolsillo. El cine me dio todo lo que yo soñé de chico: conocí más de 50 países, conocí a mis abuelos y tíos de Italia, recorrí países insólitos. . Pero, por otro lado, fui perdiendo mis afectos, mi familia. Me separé tres veces hasta que después conocí a mi mujer en el cine. Mi primera hija, que tiene 25 años, nace en la puerta de un cine mientras yo llevaba películas de Munro a San fernando.
Yo, como buen tano que soy siempre fui un rústico… jamás pensé en ponerme un arito o en hacerme un tatuaje. Y mirá…(Pascual se arremanga la camisa y deja ver sobre su brazo izquierdo la imagen de Totó, el purrete protagonista de Cinema Paradiso, junto a la siguiente frase: “Mis hijos y el cine= mi vida”).