2.24.2007

El automatismo de la aplicación

Soñé algo raro, violento, perturbador. Los Rolling Stones venían por milésima vez al país y yo aparecía haciendo la cola para comprar la entrada (carísima). Estas las vendían en alguna galería de la Av Santa Fe, como ésas que al fondo siempre tienen una peluquería para niños (y que tienen pequeños automóviles inmóviles para que la torturante mutilación capilar disimule el infanticidio que disfraza); pero ésta, además, intimidaba por sus techos altísimos y porque todo, pero todo (en verdad, paredes y techos; el piso tenía moquet), estaba recubierto por inmensas cortinas marrón oscuras. Todos parecían excitados por su inminente compra menos yo. La estaba pasando mal, muy mal. Me metía la mano en el bolsillo y doblaba frenéticamente los billetes (ya húmedos, pegajosos, asquerosos), como si eso fuera a revertir el destino que se me revelaba como irrevocable. Cuando me quise dar vuelta, quedé sólo frente a la vendedora (un poco parecida a Lilly Suyos). Tenía que actuar. Y rápido: la siguiente tanda de desbocados consumidores aguardaba al acecho detrás de una valla, mirándome; parecían rottweilers. O compraba la entrada o salía corriendo de ahí. Quería elegir y no podía. La desaforada amabilidad de la vendedora (¿me hablaba en inglés?) terminó por violentarme. Reducido a objeto, cosificado, cerré los ojos y con un movimiento craneano como de alguien que no quiere la cosa, puse la plata en el mostrador. Cuando la vendedora (un poco parecida también a alguien más…pero no puedo sacar a quién) se aprestaba a agarrarla…ahí me desperté.

Después caigo, me quedan pocos ahorros y tienen un solo destino posible de tres: dos pares de botines (sí: uno para pasto sintético y otro para pasto natural), la bendita caja con los doce dvds de Truffaut o la potencia de sonido (porque parlantes conseguimos, no?).

Otra cosa: para aquellos pobres "anestesiados universales" que se valen de los psicofármacos como inevitable (?) puerta de acceso a la "conciencia feliz"…¿Cómo es?. Mi ingenua duda es: ¿los sueños actúan ahí como último espacio de resistencia vital, quizás como resabios del hombre todavía no mecanizado enteramente? ¿O incluso los sueños están también perfectamente guionados, regulados y formateados? Es obvio que sí, ¿no? La re puta madre…

5 Comentarios:

A la/s 6:11 p. m., Blogger maría dijo...

Si la única resistencia posible habita en el sueño, el hombre está muerto.
Frente al automatismo de la aplicación, se puede decir no. Y esa acción, tal vez, podría caer bajo el nombre de resistencia.
¿qué pensas Antoine?

 
A la/s 12:12 p. m., Anonymous Anónimo dijo...

ja...creo que por ahí iba mi lamento.
che, te juro que el seminario éste me persigue a todo lugar y momento. Leyendo sobre el nuevo disco de Of Montreal (una banda de drogones aniñados que me caen muy bien) me entero que tiene ésta frase: “me enamoré de la primera chica linda que leía a Georges Bataille” . ja! Razón suficiente para escucharlo

 
A la/s 6:06 p. m., Blogger Amadeo dijo...

querido, sus deseos son ordenes: http://popisthenewpunk.blogspot.com/2005/04/buscando-lawrence.html

un abrazo!

 
A la/s 7:50 p. m., Blogger Esteban dijo...

ey, buena onda!
gracias!

 
A la/s 11:33 p. m., Blogger maría dijo...

Me acuerdo ahora de Mundo...de aquella clase acerca de Bataille, donde terminó leyendo un hermoso fragmento sobre la amistad. Y alguien, en su momento, me dijo que casi llora con ese texto. Y es que "lo sensible es, precisamente, lo que, sin moverse de lugar, puede frecuentar más de un cuerpo" (Merleau-Ponty).
Ah, felicitaciones por tan particular final "ferreriano"!.ja.

 

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