Granulocitos contra macrófagos

“Te quiero tanto que te estrangularía”

De Barry Egan (Adam Sandler) a Lena (Emily Watson) en Punch Drunk Love (Paul Thomas Anderson, 2002).


¿Cómo entender a quienes insisten en una relación que es como un campo minado, donde cada paso es una inminente detonación de una bomba? ¿Porque seguir cuando cada mínimo e insignificante comentario o hecho puede ser el desencadenante de odios viscerales, tales que, contrariamente, no terminan haciendo más que cimentar ésa siniestra forma de amor? ¿Cómo soportar una vez más escuchar ésa bastardeada palabra vaciada de significado, ésa muletilla de significante en que se ha convertido el “perdonáme”? ¿Por qué empeñarse en amar a alguien a quien uno sabe “jodido y mala leche” y que encima se reconoce como tal? ¿Cómo llega uno a acostumbrarse a ésa angustiante guerra amorosa?

Cortes abruptos de conversaciones, simples chistes que terminan mal, plantadas, portazos, ceniceros, palabras filosas e hirientes, abismos de incomunicación, demonios, orgullos perpetuos, rencores, silencios y miradas esquivas.

Enfermizamente adictivo. Algo así como: decíme cuanto querrás pelear conmigo y te diré cuanto te querré. O, te amo, lamentablemente y muy a pesar mío… Y parece que sí pero no se trata sólo y necesariamente de amores atribulados: si no hay negociación a la vez de caricias, y reproches entre susurros cariñosos probablemente no haya nada. O no vale la pena que lo haya.

Un “te amo” puede volverse el más odioso y siniestro dictámen. Y la caricia puede resultar la más sutil de las reducciones, la más encubierta forma de sometimiento. Porque al enemigo no vale la pena matarlo. Basta con neutralizarlo reconociéndolo, acariciándolo.
Y la bondad también puede ser una debilidad. Y en el amor físico, bueno, siempre algo de violencia hay.
Y, basta. Para Ti, María Cher y Socolinsky, dejen de hacernos creer en el mito de los nueve dulces y armoniosos meses de espera. Contra lo que se supone, (y da miedo leer a R. Espósito), en el caso del feto en el embarazo, la madre lucha furiosamente contra él, contra ésa cosa externa introducida en su interior. Pero, en vez de destruirlo, lo que posibilita es la vida misma.

Todo muy loco, sí. Pero también el organismo sigue ésta lógica de guerra civil. Células que crean anticuerpos y células “autorreguladoras” favoreciéndose precisamente al combatirse a duelo. O la fabulosa contienda entre las “células T cooperadoras” y las “células T asesinas” (¡qué nombres!), en el caso del Sida, en una batalla incierta y velada donde hay violencia, astucia, sorpresa y engaño.

Cosas aparentemente tan disímiles como la historia de la humanidad misma, el funcionamiento de nuestro organismo, de un virus y hasta el embarazo son resultado de una dialéctica entre fuerzas distintas. ¿Porqué también el amor no habría de funcionar de ésa manera?

Este es un post acerca de la idea del amor como combate y de algunas canciones que lo ilustran. O, no. Mejor, de algunas que me divierte pensar que se refieren a éso aunque muy ciertamente –y no me importa- estén hablando de cualquier otra cosa. Seguramente, hay miles de canciones que hablan de eso y mejor que estas. Pero todas estas son duetos y me cuesta no pensarlas de aquella manera. Acá, a la derecha, se las puede escuchar.

Me fuí al carajo y era mi intención. Ahora, pasemos a las canciones.

1- Hay canciones que gustan (y mucho) pero que pueden dar un poco lo mismo. Otras, las menos, en cambio, exigen otra atención y disposición (quizás insoportablemente solemne).

Para los que vieron tantas veces High Fidelity (Stephen Frears, 2000) seguramente les cueste no ponerse a hacer (o por lo menos a pensar) listas y más listas de canciones, películas o, lo que sea.
Hace poco encontré una lista vieja y mía sobre ”los cinco mejores temas de la historia”. (¡Por dios, qué estupidez!). Siempre según mi criterio, claro. En ése momento todavía no conocía a Felt y, sólo por eso, se explica que no haya incluido a “Primitive painters” (ni cualquiera de sus otras canciones). Felt es otoño: hojas caídas, árboles pelados, sweters, bufandas y el espíritu único que contagia la más feliz de las estaciones.

Es tan pero tan buena que lo más tentador va a ser ponerse a escucharla siempre, en todo momento y lugar, sólo o acompañado, un viernes a la noche o un lunes a la mañana, con nubes o con sol descubierto, después de haber conocido a la chica más increíble o después de la más monótona jornada de trabajo. Y bueno: o el arte como cobarde refugio ante las inclemencias del mundo (el de afuera y el de adentro) o como honesta proyección hacia la vida. Acá hay que inclinarse por la segunda opción y disponerse a una escucha ética, moderada, atenta y respetuosa.

Sólo voy a rendirme y levantar la bandera blanca ante el juego de voces entre él (Lawrence Hayward) y ella (Liz Fraser, la enorme cantante de Cocteau Twins, aquí como invitada). Cada uno canta por su lado. A veces, se superponen y, en otras, respetan sus tiempos. Por momentos, y por cómo la cantan, me imagino que hay una disputa (amorosa) por ver quién dice primero y más fuerte aquello que tienen para decirse. Se me hace que incluso pueden estar de acuerdo pero se pelean por expresarlo primero y mejor. Cuando él canta “I wish my life could be as strange as a conspiracy” y ella lanza un “yes” estirado creo que es…bueno, lo más parecido a la explosión de un orgasmo hecho canción. Pero mejor que cada uno se imagine lo que quiera. Porque en realidad Lawrence Hayward es tan egocéntrico que acá, para variar, sólo parece hablar de él. Jiji. (acá hay un glorioso post que con fervor recomiendo leer sobre éste genio absoluto).


2- Lo dicho dos y tres párrafos arriba también vale (¡y cómo!) para "Nothing to be done" de los escoceses The Pastels. Sólo que ésta canción es terriblemente más feliz. Es un escupitajo de alegría, una bomba cargada de optimismo, inocencia y vitalidad. Hasta las rimas son perfectas. Solo de guitarra simple y sucio mas una melodía brillante, como corresponde, para una de las más grandiosas canciones de la historia del pop. (Increíblemente, no encontré ni una fucking página de Internet que tenga la letra)


El empieza casi rogándole con que le agarre su mano y su corazón, y con que “I´m ready for your sweet heart now, my mind is open and white(?)”. (A propósito, cuán verdadero es aquello de que un “te quiero” en castellano puede sonar grasa –hay excepciones, claro- y en inglés no–también: hay excepciones, claro-)

Ella (con ésa voz aniñada…ahh) que le repite que no, que se calme, que se calle, que cierre su boca, que no hable de esa manera; pero lo dice de una manera, con una voz, que todo hace pensar que él va a seguir embobado toda su vida con ella aunque le siga siendo indiferente.

“Simply nothing to be done, tell me I’m the only one”. La negociación se complicó. ¿Ella? Una perra. ¿Y él?...

3- The Strokes con Regina Spektor como invitada.Ya nadie se acuerda de The Strokes. Yo sí y gracias a ésta canción titulada "Post Modern Girls". Aunque el mérito creo que lo tiene la rusa con la apabullante pasión que le pone a su canto.

4- Broken Social Scene – "Almost Crimes"

“We've got love and hate it's the only way”.

Este post se está hacienda insoportablemente largo. Sólo decir lo obvio: que acá hay otra gran voz femenina (Feist)

5- Belle and Sebastian - "Lazy line Painter Jane." Si bien (antes) tenían en sus filas a la muy linda voz de Isobell Campbell, creo que acá la voz invitada de Monica Queen le pasa el trapo en intensidad. !Por favor¡ ¿Quién es ésa mujer? ¿Dónde mas canta? Temazo.

6-Jesus and Mary Chain - "Sometimes Always". Más escoceses, más negociaciones complicadas y más cantantes mujeres de lujo: Hope Sandoval (invitada).







El dice:
I won't get on my knees
Don't make me do that please
I've been away but now I'm back

Y ella contesta:

Don't be too sure of that
What makes you sure of that
You went away you can't come back


7- The Velvet Underground - "I´m Sticking with you". El tema más infantil de la VU. Según la peculiar traducción que tengo yo: Te ví ahorcado en un árbol/ Y yo voy a hacer lo mismo/No me voy a separar de ti/ Porque estoy hecha de pegamento/Todo lo que hagas tú/ Yo lo haré también/La gente de la luna va a la estratósfera/ Los soldados pelean con el Vietcong/Pero contigo a mi lado yo puedo hacer cualquier cosa.

8- The Magnetic Fields – "Yeah! oh, yeah!". Y la lista cierra con humor e ironía, recursos ausentes en casi todos los anteriores temas. No podía no haber algo del 69 love songs o de Stephen Merritt. Dejo la letra y el video en que el público explota de la risa al escucharla en vivo.

Are you out of love with me?
Are you longing to be free?
Do I drive you up a tree?
Yeah! Oh, yeah!
Do I drive you up the wall?
Do you dread every phone call?
Can you not stand me at all?
Yeah! Oh, yeah!
Though I need you more than air
is it true you just don't care?
Are you having an affair?
Yeah! Oh, yeah!
When we met I thought money was everything
so I let you buy the house,the car, the ring
but I can't take your perpetual whining
and you can't sing
I though if we live apart
we could made a brand-new start
Do you want to break my heart?
Yeah! Oh, yeah!
I've enjoyed making you miserable for years
found peace of mind inplaying on your fears
How I loved to catch your gold
and silver tears, but now my dear
What a dark and dreary life
Are you reaching for a knife?
Could you really kill your wife?
Yeah! Oh, yeah!
Of, I die, I die, I die!
So it's over, you and I
Was my whole life just a lie?
Yeah! Oh, yeah!