FELIZ NAVIDAD

Ahora sí siento que me tocaron el orto pero se han decidido hacerlo explícito. Lo venía aguantando pero las sutilezas son mi debilidad, me pueden. Desde un principio dejé que lo hicieran esperando elevar mis reclamos unas semanas. Ésas semanas llegaron pero Papá Noel se adelantó con sus promesas navideñas. Una tocada de culo amena, amistosa, una forma de decir “no te quejes que vino Papa Noel”. Primero, con cierta inocencia, lo agradecí.

Luego caí en la cuenta de sus “buenas intenciones” pero el conformismo más cobarde y el agobio de fin de año clausuraron toda iniciativa reivindicatoria de mis derechos (derechos…jaj). Pero resultó nomás que Papá Noel no es un justiciero social ni mucho menos sino que es el mismo que aparece del otro lado de la vidriera haciendo promesas esquivas, el que enciende la maquinaria de las ilusiones que terminan perdidas en su barba o en los bolsillos de quienes lo manejan, el que… El disco que estoy escuchando es The Duke spirit, que serían la mejor nueva banda del mundo si Pj Harvey y Sonic youth no hubieran existido anteriormente. Pienso si éste disco no fue especialmente concebido para éste momento, con toda su descarga de furia contenida. Paro en un kiosko a comprar una Cindor, le doy dos pesos al kiosquero y veo que no me devuelve nada. Le fijo la mirada y le pregunto lo menos amable posible cuánto es que sale con un seco y obvio “¿Cuánto sale?”. No termina de responder que me puse los auriculares nuevamente en su lugar y, a las dos cuadras, noto que ya no suena mas The Duke Spirit sino Yo La tengo. Entonces noto como una misma banda puede ser amada u odiada según la ocasión. Llega fin de año y los colectiveros se ponen más forros y prepotentes que nunca. Todavía no logré poner mis manos sobre la baranda que ya arrancó. ¿Qué necesidad?. Saco mi boleto, miro hacia el fondo y no aparece nada interesante. El último asiento es mío, abro la ventana y también la mochila, entonces cambio de disco: Galope de Suárez. Tiene canciones como asesina, natación y camión regador: estoy casi en la misma frecuencia que ellas. J tenía razón y lo empiezo a notar a cada cuadra que paso: cada vez más gente con las remeras con frases en italiano. “Gioccatore”, “mondo dificcile”, “Impossibile batirlo” (no tengo ganas de buscar en mi diccionario de italiano cómo se escriben). Pienso en las buenas personas y pienso cuántas definiciones diferentes para ello hay. Una vez escuché una que las definía por el sueldo que le pagaban a sus empleadas domésticas. Las palabras perdieron todo significado diría Karl Krauss. Mis amigos se empiezan a recibir y me pregunto si creerán en Papa Noel. Ojalá que no, ojalá que yo tampoco.